Nada hay más bello en el mundo que la piel de un niño. Eso nadie puede discutírmelo.
Cuando veo la cara de mi hijo pequeño con esa piel fresca, radiante, luminosa, sin imperfecciones,
tersa y suave... ¡ay, juventud divino tesoro! Y la comparó con la mía, me doy
cuenta de los años que pasan y sobre todo de los estragos en ella: de mi
excesos con el sol, de la falta de una buena rutina en su cuidado, de ponerme
cualquier "cremita" que pillaba por mi casa o en casa de alguna
amiga, de las malas noches sin dormir, de una alimentación a veces no tan
sana....un popurrí de barbaridades que ahora a "toro pasado" podría
haber evitado con sólo pensar, que mi piel, es un órgano.
Sí, un órgano, como puede ser el
corazón o un riñón; es más, es el mayor órgano que tenemos y su función es tan
importante que de ello depende el buen funcionamiento del resto. Un órgano con
memoria, que no nos perdona los excesos, pero con capacidad de auto-cura,
un órgano que además es "chivato" de otras alteraciones internas
y ni que decir, de nuestros estados anímicos. De hecho, sólo hay que
pensar que hay una especialidad médica exclusiva para ella y no hablar, de
todos los estudios e investigaciones que existen de la industria cosmética y
farmacéutica para ayudar a mantenerla sana.
¿Y por qué os digo esto? Porque si nos
paramos a pensar cuáles son sus funciones y el nivel de importancia que tiene,
quizás nos concienciemos de su correcto cuidado para que esté lo mejor posible
durante toda nuestra vida.
Sus principales funciones son:
- Protección contra las agresiones
externas como, golpes, quemaduras, perdida de agua, gérmenes, polución,
agentes químicos, etc. y mantiene la temperatura corporal para que el
resto de órganos realicen sus funciones correctamente.
- Regeneración: La piel tiene un
proceso de regeneración celular de 4 semanas y a su vez elimina
las células ya muertas y las
sustancias nocivas acumuladas durante el día.
La explicación es un poco a
groso modo, pero mi intención es que veamos que está sometida
a mucho estrés durante todo el día, y nosotros, para colmo, se lo
ponemos más "dificil" aún, si cabe, ya que si sumamos a todo lo que
está expuesta constantemente, lo poco que nos preocupamos en
ayudarla para que le sea más "fácil" su función de protección, como
su función de regeneración, quizás empecemos a plantearnos "echarle
una mano".
¿ Y cómo hacerlo?
Apoyando esos ritmos:
- Durante el
día dándole protección solar, antioxidantes para ayudarle a que
no se oxide y pueda luchar contra los radicales libres, hidratación
para que no pierda agua (el 70% de la piel está compuesta de agua) y
evitar tanto la perdida de temperatura corporal como el exceso de la
misma.
- Durante la
noche, limpiándola (aunque la limpieza es igual de importante de
noche y día, pero ya hablaremos de ello más adelante) para
eliminar las toxinas, el exceso de contaminación
y células muertas, y así dejar que los poros
"respiren" y esa regeneración que se realiza de noche, se
manifieste en las capas externas. Tened en cuenta que uno de los principales
signos del envejecimiento cutáneo es la falta de capacidad de
"descamación" (vamos, como los lagartos) para eliminar
esas células muertas. Y también le daremos aportes
requeridos para ayudar a dar un "empujón a esa maquinaria" para
que el sueño sea más reparador.
Y por supuesto, hábitos de vida
saludable...ejercicio, sueño, no estrés, dieta equilibrada, no fumar,...
Como veis no es ninguna tontería, pararnos y pensar cómo estamos cuidando nuestra piel y si realmente
lo estamos haciendo bien. Pensar que aparte de ser nuestro
mayor órgano, es nuestro vestido más preciado, es el que utilizamos
365 días del año y quizás, no le ponemos tanto mimo y atención como cuando
mandamos nuestro mejor traje a la tintorería para que lo traten bien y lo
guardamos en la mejor funda para que se mantenga lo mejor durante mucho
tiempo.
Y ni que decir que es nuestra mejor
carta de presentación...nada como presumir de piel sana in "corpure
sano", y sobre todo en "mens sana"....pero eso ya es otro
cantar...de eso ya os contaré dentro de poquito....muy poquito....
¡A cuidarnos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario